martes, 14 de abril de 2009

La edición digital e hipertextual

"Ningún sistema pictográfico, ideográfico o jeroglífico de escritura tiene el poder destribalizador del alfabeto fonético. Ninguna otra escritura, sino la fonética, ha sacado jamás al hombre del mundo posesivo, de interdependencia total y de relación mutua, que es la red auditiva. Desde aquel mundo mágico y resonante de relaciones simultáneas que es el espacio oral y acústico, sólo existe un camino hacia la libertad e independencia del hombre destribalizado. Este camino es el alfabeto fonético."
M. McLuhan: "La galaxia Gutenberg".

"No tengo nada para decir, sólo para mostrar".
Walter Benjamin: "El libro de los Pasajes".

Frente a la imprenta, la máquina de escribir introdujo cierta autonomía en la producción de textos. Mark Twain (1835-1910) fue el primer autor en la historia que escribió sus manuscritos en máquina de escribir y, de esta forma, Las aventuras de Tom Sawyer se convirtieron en la primera obra tecleada a máquina y entregada por el autor de forma no manuscrita para su publicación. Hasta la década de 1960 la principal forma de edición industrial fue la linotipia, una máquina que no opera ya con tipos de imprenta, sino con matrices o pequeñas piezas metálicas que llevan socavadas en los bordes el molde de la letra y que se van colocando formando las palabras y las líneas.

El proceso de impresión se basa en en la obtención de páginas o pliegos impresos, según una maqueta. Existen muchas técnicas de impresión diferentes como la impresión en offset, uno de los sistemas más utilizados por la buena combinación de calidad y economía y que se realiza a través de máquinas de pliegos o rotativas de uno o más colores utilizando planchas preparadas; el huecograbado, que se lleva a cabo en rotativas por medido de cilindros grabados; la impresión flexográfica que se realiza en rotativas o máquinas de pliegos por medio de clichés en distintos soportes como cartón, papel o plástico; la serigrafía que utiliza pantallas de tela sobre distintos soportes, etc.

A estas técnicas les ha salido un serio competidor que es la impresión digital tras el desarrollo y comercialización de los ordenadores que, por vez primera, permiten la edición electrónica. El primer ordenador electrónico fue construido por John V. Atanasoff y Clifford Berry en 1940 y sólo tenía capacidad matemática, pero a partir de ese año surgen ordenadores con distintos fines. No fue hasta la aparición de los ordenadores de tercera generación que, construidos con circuitos integrados, hicieron posible la disminución de su tamaño, cuando se populariza su uso. En 1981 se comercializan los primeros PCs y a lo largo de la década de los 80, empieza la utilización masiva de los procesadores de texto que traen nuevas funcionalidades para sus usuarios y ofrecen a los propios autores la capacidad de borrar, mover, buscar, reemplazar, copiar e insertar texto a voluntad; además, los procesadores permiten otras funcionalidades nuevas que la máquina de escribir no toleraba, como formatear el texto cambiando la tipografía y el tamaño de las fuentes, establecer un determinado formato de párrafo, cambiar y justificar los márgenes y líneas, comprimir o expandir letras y espacios, añadir bordes y recuadros, crear tablas y viñetas, añadir números de página, insertar cabeceras y pies de páginas; en suma, lo que se conoce como maquetar el documento, para después guardarlo, "editarlo", reutilizarlo, modificarlo y/o imprimirlo. Pero además de procesadores de texto, a lo largo de este período se han desarrollado programas más complejos que tienen como fin maquetar y diseñar de forma profesional y hoy existen en el mercado herramientas específicas tales como QuarkXpress, Adobe InDesign, etc.

Definiendo el estilo de párrafos con un procesador de textos y uso del programa QuarkXPress

Pocos años después de su aparición, los ordenadores no sólo se han convertido en máquinas literarias, sino también en máquinas artísticas. Los ordenadores permiten capacidades multimedia y ofrecen la posibilidad de, utilizando el procesador de textos, añadir imágenes estáticas y en movimiento, insertar audio, vídeo, etc. Los llamados procesadores de texto inteligentes incluyen patrones de estilo que permiten utilizar texto utilizando plantillas e incluyen diccionarios, tesauros, analizadores léxicos y gramaticales, etc. que realizan la revisión de la ortografía y sintaxis en diferentes idiomas, ofrecen sinónimos, corrección automática de errores, resumen automático del documento, etc. También es posible crear páginas web utilizando un simple procesador de textos, aunque para crear hipertextos de mayor complejidad es aconsejable utilizar otro tipo de herramientas específicas que permitan la generación, edición y gestión de hipertextos de forma automática o semiautomática.

Entre 1984 y 1995 surgen las primeras herramientas de autoría para crear hipertextos independientes, los llamados sistemas pre-web, pero la eclosión de la World Wide Web hace que la mayor parte de estas aplicaciones se reconviertan para poder integrarse en la red. A partir de 1995, se desarrollan un gran número de sistemas de gestión de hipertextos para la Web. Si en un primer momento, para construir una página web mediante un editor de HTML, había que tener conocimientos previos y extensos de este lenguaje, ya que se trabajaba en código fuente, el gran avance llegó con la aparición de los llamados editores WYSIWYG (abreviatura de What You See Is What You Get, es decir, "lo que ves es lo que obtienes"). Se trata de programas en los que ya no hay que trabajar con el código fuente en lenguaje HTML, sino directamente en lenguaje natural y que nos muestran lo que realmente se va a ver en pantalla y no el código subyacente, por lo que podríamos denominarlos editores visuales. Sin embargo, aunque muy perfeccionados, estos editores siguen generando códigos que en muchos casos ocasionan problemas de accesibilidad cuando los autores no conocen realmente el funcionamiento de la Web.

Hoy existen potentes editores y generadores de páginas web que facilitan la construcción de grandes y complejos sitios web sin tener ningún conocimiento de lenguaje HTML y que elaboran de forman automática HTML, además de JavaScript o CSS Hojas de Estilo (Cascading Style Sheets) para dotar a las páginas de una maquetación y un estilo uniformes, junto con la posibilidad de crear mapas de imágenes, mapas del sito web, tablas de contenido, etc., y que incluyen, entre otros muchas prestaciones, facilitar la publicación del sitio web dentro de la World Wide Web de forma automática. Por su parte, las herramientas y tecnologías de la la llamada Web 2.0 han facilitado y simplificado enormemente la labor de publicación ofreciendo plantillas y otros mecanismos de maquetación, edición y subida a la red. De ahí la rapidísima y abundante proliferación de blogs que se han producido en los últimos años.

La aparición de Internet y, más concretamente, de la Web ha cambiado profundamente el concepto de edición, no sólo por el cambio que ha supuesto pasar de la edición por medios mecánicos a la edición digitalizada, sino por la facilidad con que ahora se lleva a cabo este proceso, ya que cualquier autor o cualquier persona puede "colgar" obras en la red y a la vez acceder a cualquier publicación accesible en ella.

Tradicionalmente, se ha entendido por edición el proceso mediante el cual se divulga una obra de cualquier tipo en cualquier medio. En relación con la imprenta, el concepto de edición posee dos acepciones o significados distintos. El primero se refiere a la edición como el proceso previo de publicación y el segundo se refiere a la edición como el proceso que abarca tanto la creación de los originales mecánicos en la imprenta o tipografía, esto es, la composición o elaboración del texto en tipos móviles, como al proceso físico de confección del libro.

Cualquier obra que haya sido divulgada, bien sea en formato de libro o en cualquier otro formato se considera editada. En caso contrario, estamos ante una obra inédita. En sentido estricto, si se vuelve a imprimir o divulgar esa obra sin cambios, se denomina "reimpresión". Si, por el contrario, sufre algún tipo de modificación sustancial como ampliaciones, revisiones, correcciones, supresiones, añadidos u otros, se denomina "nueva edición", agregándosele el número correspondiente (primera, segunda, tercera edición, etc).

De igual forma, la edición digital comprende 2 procesos distintos y que a menudo se confunden, por una lado el proceso que comprende la digitalización de obras que se ofrecen en cualquier soporte digital bien sea en red (Internet, intranet) o fuera de ella, en el primer caso se utilizan soportes digitales magnéticos como discos duros y, en el segundo, la edición se suele realizar en soportes ópticos como CDs, DVDs, etc. aunque en ambos casos no se necesita imprimir la obra para que se considere editada, sino sólo que esté accesible; y por otro lado, también se denomina edición digital el proceso en cuya preimpresión e impresión se utilizan tecnologías digitales. En ambos casos, se trata de que la obra a editar está compuesta de un archivo digital en cualquier formato de archivo como pdf, html, txt, jpg, etc. pero en el último caso, se siguen precisando las técnicas propias de la imprenta y el uso de maquinaria, tintas, papel, etc. La impresión digital ha perfeccionado y facilitado las funciones clásicas de la impresión, pero ésta sigue siendo lenta en comparación con la velocidad de los flujos electrónicos.

En 1904 se desarrolló la impresión en offset, usada también en la actualidad y que supuso un nuevo impulso para el medio impreso. Sin embargo, este tipo de impresión presenta una gran complejidad y un gran coste de producción por lo que se hace necesario realizar una tirada mínima de ejemplares para que el coste sea viable. Por el contrario, la impresión digital permite, por medio de pequeñas máquinas y en un espacio de tiempo más corto y a un coste menor, imprimir pequeñas tiradas. Esto supone que las editoriales ya no tienen que descatalogar libros ni preocuparse por su almacenamiento. Aunque la calidad es menor que la del offset, cada vez se van perfeccionando más las técnicas digitales y ya no existen diferencias apreciables, excepto para los muy expertos, entre ambos tipos de impresión.

A caballo entre la edición tradicional y la edición electrónica se encuentra la denominada impresión bajo demanda (en inglés POD ó Print On Demand) o impresión a la carta, que permite la impresión de ejemplares únicos a petición y con una alta calidad. Uno de los sitios pioneros en la red, ya que fue fundado en 1997 y continúa ofreciendo este servicio en la actualidad es Lighting Source con sedes en Estados Unidos y Reino Unido. Esta forma de "impresión al instante" permite eliminar tanto los costes de almacenamiento, como los de distribución física y, para dar este servicio, no se necesita mucho espacio material, sino un único punto físico que cuente con la maquinaria y las tecnologías apropiadas de hardware y software para la impresión bajo demanda. De esta forma, un gran número de obras que jamás hubieran sido impresas por los medios tradicionales o que han quedado fuera del mercado editorial por la razón que sea: por tener el copyright expirado, por por haberse agotado los fondos, por no ser económicamente rentables, etc; pueden ser ahora recuperadas y reeditadas, o pueden ver la luz por primera vez. También es posible imprimir únicamente los capítulos que interesan. Esta última opción es muy interesante en el caso de manuales, libros técnicos, etc.

Ya existe una librería en Londres, la librería Blackwell, que ofrece un servicio llamado Book Express. Se trata de una máquina que imprime más de 100 páginas al minuto, las ajusta, corta, guillotina y encuaderna en tapa dura y todo ello al momento tras elegir la obra de entre un catálogo con más de un millón de títulos. (Ver reportaje en la Mediateca de RTVE).

Lo cierto es que cada vez es mayor el número de obras digitalizadas y ya no se trata sólo de artículos de revistas científicas, periódicos, informes económicos, enciclopedias, etc. sino que cada día crece el número de obras que aparecen en catálogos accesibles online.

En el caso del hipertexto, sus funcionalidades escapan de la página en papel para encaramarse y mostrarse en la pantalla. La edición, el almacenamiento en nuevos soportes tanto de tipo magnético (discos duros de todo tipo, tarjetas de memoria, etc.) como óptico (C-ROM, CD-Audio, DVD), y el acceso directo y en línea son, si no un fuerte competidor excluyente de la edición en papel, sí una nueva alternativa que emerge con gran fuerza y dinamismo, y ya existen programas que, de forma automática, convierten los archivos HTML en formatos imprimibles.

La aparición del hipertexto y de la WWW ha creado nuevas profesiones técnicas como el diseñador de webs y una nueva disciplina, la arquitectura de la información puesto que en la creación de un hipertexto importa tanto organizar y estructurar el contenido de la información como la la presentación visual y funcional de éste para su utilización mediante la interfaz.

Si en los primeros tiempos se precisaba conocer al dedillo el lenguaje HTML, actualmente existen programas que nos permiten escribir hipertextos o blogs sin tener ningún conocimiento previo, sin embargo, diseñar un hipertexto que ofrezca capacidades dinámicas e interactivas es una labor bastante compleja y requiere de conocimientos que tienen que ver no sólo con el diseño de presentación visual, sino también con el diseño estructural, navegacional, funcional, etc. y se precisan conocimientos relacionados con diferentes facetas como son usabilidad, accesibilidad, interactividad, creación, conectividad y acceso a bases de datos, conocimientos sobre multimedia, lenguajes hipertextuales, protocolos, servidores, uso de metadatos, etc.

A menudo, la creación de un hipertexto es una labor conjunta de varios expertos y así, junto al autor del contenido de los documentos, hace su aparición el webmaster que es la persona que mantiene, gestiona y actualiza las páginas. En ocasiones, el webmaster ni siquiera es el autor del diseño original pues es muy común descargar esta tarea en empresas y trabajadores especializados en arquitectura de la información, pero la función del webmaster es similar a la del impresor en el medio impreso, ya que es quien da forma externa a un contenido intelectual. De esta forma, hacer un buen sitio web se ha convertido en un arte y una técnica sumamente complejas.

Susana Pajares Tosca, allá por 1998, en su artículo Algunos cambios necesarios publicado en Hipertulia de la Revista Espéculo afirmaba: "el hipertexto propugna que se 'mire al texto', haciendo consciente al lector de que las decisiones en la edición también llevan una carga semántica. Por eso es imprescindible que el autor de hipertexto sea su propio editor, pues no puede dejar en manos de otro una parte importante del proceso de composición del texto". Y sigue: "Como nuevos renacentistas, los escritores de hipertexto han de ser capaces de dominar varios lenguajes (el oral, el escrito, el visual, el informático...) y de combinarlos para construir su texto".

Lo cierto es que dada la gran variedad de documentos y recursos que se pueden construir para la Web ya que ésta se ha convertido en la interfaz de acceso tanto para acceder a documentos simples de texto, como para acceder a complejos servicios web como es el caso de bibliotecas digitales, bancos online, etc; se precisarán distintos enfoques y distintos tipos de autores y responsables de las distintas facetas de edición de un hipertexto, dependiendo de si lo que prima es el contenido de la información en sí misma o su usabilidad. No es lo mismo poner una novela en la red (bastará con crear un archivo pdf sin siquiera enlaces) que colgar un manual de instrucciones (la mejor solución para los llamados "libros herramienta", esto es, manuales, enciclopedias, guías, obras técnicas especializadas, etc. suele ser un hipertexto en formato PDF (Portable Document Format) o HTML, que cuente con una tabla de contenido e índices para acceder a a la información que interese de forma no lineal). Y, por supuesto, la creación, gestión y mantenimiento de cualquiera de los documentos anteriores -novela o manual- no tiene nada que ver con el diseño de un portal que ofrezca diferentes servicios.

La industria editorial tradicional sintió pánico ante la aparición de los primeros soportes electrónicos de lectura que simulaban la forma de un libro tradicional (SoftBook, Rocket eBook, etc.), pero estos soportes no han gozado de mucha aceptación y popularidad y muchos de estos proyectos se abandonaron. El fracaso se debió, en parte, a que el formato libro seguía siendo un soporte mucho más portable y fácil de leer que la pantalla, pero también a que en la red están disponibles gratuitamente y accesibles al momento, un gran número de obras digitalizadas en distintos formatos, entre los que destaca por su popularidad y uso, el formato pdf. Otra cosa distinta está ocurriendo con los nuevos dispositivos de libros electrónicos que imitan el papel y utilizan la tinta electrónica, como kindle, ya que son muy portables y su uso se ha extendido en el último año. La última versión de este dispositivo ya permite leer periódicos y tiene una capacidad de memoria de 3,3 GB para almacenar 3.500 libros. La pantalla es de tamaño cercano al DIN-A4 y posee una gran resolución para mostrar gráficos e imágenes. (Un kindle más grande para leer periódicos, El País, 7-5-09).

El formato PDF se ha convertido en un estándar para la publicación en red y es utilizado por muchos editores y autores ya que conserva la forma exacta de los documentos para su visualización e impresión. Además, este formato permite incluir imágenes y audio, y ofrece la posibilidad de navegar por medio de marcas de hipertexto, enlaces, etc. y ahora permite arquitectura XML. Para leer documentos PDF únicamente es preciso disponer de un programa de lectura que se puede descargar de forma gratuita desde Internet (Adobe Reader) Aunque este formato es conocido, sobre todo, por su uso y comercialización por parte de la firma Adobe, se trata de un formato no propietario y existen programas gratuitos con los que editar y visualizar archivos .pdf. Es el caso del editor Ghostscript, que, junto con el visualizador Ghostum permiten crear y visualizar archivos en formato PDF (Portable Document Format).

Otro lector similar a Adobe Reader fue el e-book Microsoft Reader, creado por la omnipresente firma de Bill Gates, del que no se han hecho nuevas versiones desde 2002. También es posible crear ebooks convirtiendo archivos HTML, marcados de acuerdo con los estándares definidos por la Open eBook Fundation. E, incluso, podemos usar el Servicio Web gratuito eBook Express que admite prácticamente convertir cualquier tipo de texto y devuelve rápidamente un eBook tanto con el formato de Microsoft como con el de Adobe o para PDAs. También hay que destacar MobiPocket Reader, otro editor que permite crear e-books importando archivos pdf o de Word y que sirve tanto para PCs, como para PDAs u ordenadores de bolsillo.

Sin duda, los e-books más utilizados son los de Adobe Reader que permite la lectura, navegación y visualización, pero otros programas añadidos hacen posible la escritura. Y existen e-books para PDAs u ordenadores de bolsillo, para móviles, etc. Muchos de estos e-books ofrecen nuevas funcionalidades como búsquedas simples y avanzadas, agregar y modificar marcadores, destacar texto, añadir notas, guardar favoritos y puntos de interés, zoom para ampliar o reducir el tamaño del texto y acomodar la lectura al gusto del lector, traducción automática, lectura mediante la aplicación de voz en audio, imprimir, ir a la página siguiente o a otra página determinada, etc. Por ejemplo, eBrary es otro lector pdf que ofrece numerosas funcionalidades como búsquedas simples y avanzadas, agregar y modificar marcadores, destacar texto, añadir notas, guardar favoritos y puntos de interés, zoom para ampliar o reducir el tamaño del texto y acomodar la lectura al gusto del lector, etc.

Un paso más allá del PDF, lo constituye Issuu. Creado por dos emprendedores daneses, se trata de una hemeroteca online que permite a cualquier persona, tras crear una cuenta gratuita, subir a Internet documentos en formato PDF, convertirlos en una revista interactiva que se puede ver en la propia web o que puede ser integrada en otras páginas o blogs, así como compartirlos con millones de usuarios. Además, se puede acceder libremente a otras muchas publicaciones en diferentes idiomas y temáticas. Y no hace falta descargar nada. El diseño resultante cuando se utiliza esta nueva herramienta es espectacular, vistoso y muy dinámico, y por eso se utiliza no sólo para la edición de libros, revistas y otros documentos, sino también para la publicación de catálogos, revistas de arte, ciencia, cómics, etc. Como muestra, echen un vistazo a la revista Arte y letras suplemento cultural del diario Información, o a ArteFacto revista cultural de todas las artes, o al más atrevido a LAB Magazine 4 basado casi exclusivamente en la la utilización de la imagen artística y el audio.

Por otro lado, iniciativas como Wikilibros, la Biblioteca Virtual Cervantes, Google Books o el veterano Internet Archive que tiene la misión de recuperar en formato digital todo el legado cultural humano, ya sea en vídeo, sonido, imágenes, o texto; permiten a los usuarios de Internet disponer de miles de obras y recursos en línea, o incluso el acceso a cualquier otro tipo de documento web accesible desde cualquier buscador, son también parte del fracaso de los libros electrónicos de pago y el caballo de batalla de la industria editorial tradicional.

Búsqueda de libros en Google. http://books.google.es/
Término de búsqueda: El Quijote

Búsqueda de Libros Google.
Acceso directo a la obra de la colección Austral. http://books.google.es/

Y cada día surgen nuevas iniciativas de acceso a obras en línea como Google Académico que permite búsquedas en artículos de periódicos, resúmenes y demás material académico de referencia o todas las iniciativas surgidas al calor de la filosofía wiki. Por ejemplo Wikimedia, además de desarrollar la popular enciclopedia Wikipedia que ha logrado hacer sombra a la mismísima Enciclopedia Británica, ha puesto en marcha varios proyectos como Wikibooks para poner a disposición de cualquier persona libros de texto, manuales, tutoriales u otros textos pedagógicos de contenido libre y de acceso gratuito; Wikinoticias una fuente de noticias de contenido libre, o Wikiversidad, una universidad libre y gratuita en proceso de creación con objeto de crear cursos en línea de acceso libre y gratuito, etc.

Pero también existen batallas dentro de la propia edición digital en la red. Como respuesta al anuncio de la empresa americana Google de prentender digitalizar 15 millones de libros de grandes bibliotecas americanas e inglesas para que estén disponibles a texto completo en la red a través de Google Books, la Unión Europea lanzó su proyecto de Biblioteca Digital Europea según el cual, se propone dar acceso a no menos de 6 millones de libros, manuscritos, fotografías, películas, documentos y otros bienes culturales en 2010 para facilitar el acceso al patrimonio común europeo. El portal Europeana se apoya en la antigua Biblioteca Europea que hasta ahora centraliza el acceso a las bibliotecas nacionales europeas.

También destaca el proyecto de Biblioteca Digital Mundial, lanzado por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos con el apoyo de la UNESCO, que ya ha abierto sus puertas -o ventanas- en Internet. Su objetivo es nutrirse de fondos de todo tipo: libros, grabados, manuscritos, mapas, fotografías, vídeos, etc. desde el 8.000 a.C. hasta el presente.

Las posibilidades de Internet como medio de transmisión y distribución de contenidos y como medio de comercialización son indiscutibles. De igual forma, la existencia de una biblioteca universal digital cuya interfaz de acceso sea la World Wide Web es hoy una realidad posible. Y una de sus mayores potencialidades es el acceso a las obras no por las clásicas 8 áreas de la descripción bibliográfica: título y mención de responsabilidad, edición, tipo de publicación, etc; sino mediante la consulta en un buscador por cualquier palabra que contenga un libro. Así pues, la digitalización no sólo cambia radicalmente los modos de producción y distribución editorial, sino también las formas de acceso, catalogación, clasificación e indización, descripción bibliográfica/documental, depósito y conservación, búsqueda y recuperación de documentos, y todos los trabajos técnicos tradicionales de bibliotecas y archivos.

Uno de los principales problemas para poner en relación al autor con los lectores de sus obras es la distribución. La tecnología digital rompe la brecha entre autor y lectores acercándolos mediante un simple clic de ratón y permite el intercambio de ideas por otros métodos como el correo electrónico, formularios en línea, etc. Por ejemplo, la mayor librería en línea del mundo, Amazon, permite a los autores de los libros que comercializa, escribir sus propios blogs y ponerse en contacto con sus lectores por medio de una herramienta llamada Amazon Connect. Lo cierto es que los libros electrónicos han triunfado en el campo de las obras de referencia (enciclopedias, diccionarios, atlas, etc.), que precisan una actualización continua y una lectura no secuencial, pero no en las obras de ficción. Diez años después de la explosión digital se publican más libros impresos que nunca y las ventas editoriales crecen. Solamente en España se publican más de 700.000 novedades al año. Sin embargo, las editoriales tradicionales no saben cómo responder a los retos de la red y los nuevos editores con negocios en línea están adelantándose a la industria editorial que sigue anclada en unos métodos tradicionales de producción, promoción, distribución y venta que poco a poco van quedando obsoletos.

En los últimos años, el sector editorial tanto en España como en el resto del mundo, ha sufrido grandes transformaciones que han repercutido sobre los procesos de calidad en la producción editorial. Por un lado, la concentración editorial y por otro, la competitividad exacerbada que conduce a reducción de costes y plantillas, han desembocado en una oferta editorial pobre y destinada más al consumo rápido que a la calidad en forma y contenido. Lo cierto es que la industria editorial, con algunas excepciones, no ha cuidado bien ni a autores (incluyendo en este título a todos los profesionales del libro desde los autores propiamente dichos hasta los encuadernadores, pasando por correctores, traductores, ilustradores, impresores, etc.) ni a lectores. No es de extrañar que tanto unos como otros quieran independizarse de intermediarios (editoriales, grandes imprentas, librerías, etc.) que, con las tecnologías actuales, sobran si no se renuevan y ofrecen otra serie de servicios más que la simple comercialización y distribución.

Sin duda, el formato PDF permite llevar a formato digital excelentes reproducciones de ediciones cuidadas desde el punto de vista editorial, tipográfico, estilístico. La edición entendida como obra de arte. Este formato es ideal para reproducir publicaciones con valor histórico o valor artístico en el diseño, ya se trate de manuscritos u obras impresas. Un ejemplo es la

Como ejemplo de este tipo de reproducciones en línea, se puede consultar la revista Nova Iberia 1. Revista del Comissariat de Propaganda de la Generaitat de Catalunya en su edición pdf que reproduce el original.

Nova Iberia 1. Revista del Comissariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya. Enero, 1937. http://www.saregune.net/ikasi/hezigune/html/irudiak/nova_iberia_n1_low.pdf

Una de las páginas más completas sobre tipografía, desarrollo y evolución de la imprenta desde sus inicios hasta la actualidad es la web Unostiposduros: Teoría y práctica de la tipografía. Su consulta periódica es imprescindible para los profesionales y amantes de la tipografía y de la edición en general.

Otro ejemplo distinto de edición, que combina el texto con los recursos audiovisuales, es la fábula en línea Aucassin et Nicolette que conjugael mundo medieval del siglo XII con el mundo digital actual del siglo XXI y que permite ver las ilustraciones del manuscrito clásico medieval a la vez que se oye la música en instrumentos musicales de la época.

E incluso hay individuos que, por medio de Flirk ofrecen sus propias galerías de joyas literarias, como el profesor de Diseño Tipográfico en el Instituto Politécnico de Milán, Giangorgio Fuga, a través de su galería Giò Fuga Type o la galería de José Patau por medio de su colección Type Specimens.

La edición en línea tiene numerosas aplicaciones en el campo de determinadas ciencias como la filología, la crítica textual, la bibliología, la codicología, la tipografía, la archivística, la paleografía y diplomática, la ecdótica o ciencia que tiene por objeto editar textos de la forma más fiel posible, etc. puesto que permite exhibir en línea distintas ediciones, hacer crítica comparada, crítica textual, etc. y tener acceso a determinados documentos que, de otra forma, no estarían accesibles. También existen las llamadas ediciones genéticas, esto es, la posibilidad de estudiar la generación de un texto literario poniéndolo en relación con otros textos, borradores y variantes, situarlo y analizarlo en contexto, etc.

Joseph J. Esposito en su artículo The processed book (publicado en la revista FirstMonday, Vol. 8, Num. 3, 3 march 2003), habla de que cada libro en su forma electrónica, además del contenido, contará con uno o todos los aspectos siguientes: un texto auto-referenciado (el aparato crítico y estadístico del texto), un portal (el hipertexto), una plataforma (facilitación del rol de ser referenciado por otros), un componente de máquina (disponer de agentes inteligentes que puedan responder a otros agentes, motores de búsqueda y lectores humanos) y constituir un nodo de la red (la intertextualidad, la localización del texto en la red como una obra distribuida de uno o varios autores). Así pues, según este autor, el libro procesado permitirá desarrollar los siguientes aspectos:
  • el libro como portal
  • el libro como texto que se refiere a sí mismo
  • el libro como plataforma
  • el libro como un componente mecánico
  • el libro como nodo de una red
Un ejemplo de libro procesado, es por ejemplo, el libro de N. Katherine Hayles "Writing machines". Este libro, viene acompañado de dos extensiones que consisten en un suplemento en la red que incluye enlaces léxicos, el aparato didáctico y ofrece otras funcionalidades que no serían posibles en el libro impreso; y en una breve interpretación multimedia por parte de otro autor.


Mediawork Pamphlets "Writing Machines". (1. the book, 2. the web supplement and 3. the web take). http://mitpress.mit.edu/e-books/mediawork/

La tipografía ha sido una técnica y un arte en el que han intervenido artistas de otras disciplinas (dibujantes, ilustradores, pintores, diseñadores gráficos, delineantes, etc.). La edición de los nuevos libros digitales precisa, también, de expertos conocimientos informáticos para diseñar la interfaz y el término diseño del libro abarca una multiplicidad de aspectos que se refieren tanto al aspecto visual de presentación estética, como a la estructura formal de la organización del contenido y de la información, y a las posibilidades funcionales que ofrezca (multimedia, interactividad, etc).

Como se ha afirmado anteriormente, la edición digital y el acceso y distribución en línea permiten ahorrar costes editoriales en almacenamiento y distribución, pero también en papel. La industria editorial es una gran consumidora de papel y, en el caso de España, tal y como denuncia Greenpeace, se usa pasta de madera virgen procedente de los últimos bosques primarios del planeta. Las editoriales debieran tomar nota de estas críticas y utilizar no sólo papel reciclado o procedente de bosques gestionados con estrictos criterios ecológicos y sociales, sino también reducir o eliminar las impresiones de obras cuya reproducción no sea estrictamente necesaria plasmar en papel por quedar obsoletas rápidamente o porque la consulta y el acceso directo en línea son mucho más adecuados y funcionales, tipo manuales de instrucciones, enciclopedias, guías, etc.

Sin embargo, la digitalidad no sólo permite que los libros sean leídos en pantalla (monitor de ordenador o cualquier otro soporte electrónico de lectura, etc.), sino que crea un nuevo mercado para la impresión bajo demanda en lugares remotos, ya sea en las librerías o imprentas tradicionales actuales, pero transformadas para prestar este servicio, como en cualquier otro punto de acceso (universidades, bibliotecas, grandes superficies comerciales e incluso, en la oficina o en el propio hogar) que cuenten con las máquinas de impresión -e incluso encuadernación- y las tecnologías adecuadas para imprimir un archivo digital a la carta. Incluso se han desarrollado programas que permiten al usuario elegir el diseño y forma de la obra. Un ejemplo se puede ver en el siguiente vídeo: From blog to book, ofrecido por Cnet News, donde presentan una aplicación que permite diseñar un libro propio con contenido propio eligiendo entre diversas plantillas: libro de viajes, libro de poemas, etc. La librería virtual Lulu.com que edita obras bajo demanda, y que cuenta también con versión en español, permite que cualquier persona suba una obra a su archivo, diseñe las tapas, el lomo, las páginas, etc. y ponga precio a la obra. Se puede pagar en línea y ser enviada al domicilio del comprador, pero también puede venderse el contenido en Facebook o MySpace.

Internet permite la transmisión y recuperación de archivos de forma instantánea y de esta forma, no sólo los autores pueden autoeditarse en formato de eBook o cualquier otro tipo de archivo que pueda ser descargado de la red, sino que también pueden crear sus propias webs desde donde distribuir sus obras sin necesidad de intermediarios. Aunque también pueden encargar la labor de distribución a distintos servidores como buscadores, bibliotecas digitales o editoriales que ofrezcan catálogos online y se encarguen de transferir uno o varios tipos de contenidos, ya sean libros, artículos de revistas, música, vídeos, etc. En la red ya existen muchos portales y puntos de acceso que se han convertido en enormes repositorios de archivos en las distintas morfologías: texto, audio, vídeo, etc. En el caso de la música, hay que destacar la popularidad del formato mp3 y los numerosos puntos de acceso, venta y comercialización, de canciones distribuidas en este formato bien sea para descargarlos en los populares IPods de Apple o dispositivos similares, o para crear nuestros propios CDs o DVDs a la carta, con la posibilidad de acceder a la carátula e imprimirla. Y gracias a la ampliación del ancho de banda en las redes de transmisión, está sucediendo los mismo con los vídeos. Un ejemplo claro de este tipo de servicios es el ofrecido por Apple mediante el portal iTunes que se ha convertido en la mayor tienda de descargas de música y vídeo del mundo. Al igual, que el campo de los vídeos, el gran triunfador ha sido YouTube. Hasta la mismísima Biblioteca del Congreso de Estados Unidos se ha sometido a los dictados -o visionados- del gigante del vídeo y cuenta con un Canal propio que incluye una amplia galería de colecciones de películas e imágenes en movimiento, así como de podcasts.

Por su parte, el auge de la fotografía digital que, en unos pocos años ha desbancado a la fotografía analógica, ha conducido a la creación de numerosos puntos de impresión bajo demanda en línea y a la desaparición o transformación de los antiguos laboratorios de revelado de películas en laboratorios de impresión digital. Ahora es el usuario quien visualiza sus fotografías en la pantalla y/o las imprime en el hogar, pero también puede acudir a una tienda especializada en impresión digital, bien llevando sus fotos en soporte digital, o bien realizando el envío online para, posteriormente, obtener las copias impresas en papel.

Pero el nacimiento de los sistemas de información digital y de Internet, no sólo incluyen los sitios web y los formatos tipo PDF, también hay que destacar un nuevo tipo de edición que en apenas un par de años, se ha convertido en uno de los medios de publicación más populares, se trata de los blogs. El mundo de la edición abarca no sólo la edición de libros, revistas, música y vídeos, sino todos los tipos de información y un lugar destacado lo ocupan las noticias. La aparición de Internet y de la Web ha supuesto una revolución para todos los medios de comunicación en general, y para la prensa en particular. No sólo la mayoría de los periódicos cuentan ya con ediciones digitales, sino que hay muchos medios que ya sólo operan digitalmente. Además, la rapidez e inmediatez que permite la red ha dado origen a nuevas formas de hacer periodismo.

Además de texto, la digitalidad también permite editar de forma fácil imágenes, audio y vídeo y, de esta forma, han surgido los fotologs, los videologs y los audiologs con anotaciones en formato mp3. También se pueden combinar todos estos elementos en un weblog. La sindicación de contenidos sirve también para audio y vídeo y para recibir las actualizaciones de los sitios web elegidos en el mismo momento en que éstas se llevan a cabo y en la Web, se han desarrollado nuevos medios digitales que mezclan diferentes formatos y géneros informativos, donde además de los weblogs, proliferan los podcast y los videocast. Todos estos pods se pueden sindicar generando un archivo XML con el fin de que un agregador sea capaz de gestionarlos y facilitar su audición o visionado.

Un podcast no es más que una anotación que se puede escuchar con un programa reproductor de audio. De esta forma, el usuario no sólo tiene acceso al texto, siino que también puede oír la información en el momento que decida. El videocast es similar a un podcast pero en formato vídeo, esto es, un paso más allá en la posibilidad multimedial del podcasting.

El podcasting se ha convertido en una nueva herramienta que permite reproducir en audio contenidos del periódico y así ofrecer una información diferenciada del periódico impreso en papel. La hipermedia ofrece nuevas posibilidades multiedición y hoy es posible reproducir formatos clásicos en diferentes medios. Tanto el podcasting como el videocasting dan más importancia a los contenidos que a la presentación y de esta forma se simplifica cada vez más la relación entre los usuarios y las aplicaciones web. La sindicación de contenidos establece un mecanismo que permite distribuir los contenidos tanto vía Web como fuera de ella, y los navegadores de última generación manejan no sólo los tradicionales marcadores y favoritos, sino también los canales o feeds. En la el proyecto colaborativo Podcast.org se condensa todo lo referente al podcast, desde un listado exhaustivo de podcasts en español, hasta cómo confeccionarlos, programas y otros muchos recursos. Incluso existen herramientas como Feed2Podcast que permiten convertir los textos de un blog en podcast. Una buena colección se encuentra en Podcast.com y también los grandes medios de comunicación utilizan estos nuevos recursos. Por ejemplo, tanto el New York Times como la cadena SER ofrecen noticias ofrecidas en audio por medio de podcast.

En resumen, la edición digital ha afectado a todos los medios, morfologías, soportes y formatos tradicionales de edición y a las formas de producción y reproducción de los mismos, así como a la distribución y el acceso. En muchos casos, la edición digital únicamente altera las antiguas técnicas de edición analógica facilitando estos procesos, pero, en otros muchos casos, ha hecho posible el nacimiento de nuevas formas de edición sólo posibles gracias a la tecnología digital e hipertextual.

María Jesús Lamarca.

NOTA. Este artículo ha sido extraído de mi tesis doctoral defendida en la Universidad Complutense de Madrid: Lamarca Lapuente, María Jesús. Hipertexto, el nuevo concepto de documento en la cultura de la imagen. Madrid, 2006.

1 comentario:

Biblioaprenent dijo...

un poco tarde, pero...
Muy interesante el artículo y la tesis.
Muchos datos para ir mirando.
hasta otra.